Las mayoría de películas, sean del tipo que sean, siempre tienen una escena de acción en la que los coches son protagonistas. Derrapes, accidentes, persecuciones… Se puede ver de todo. Deportivos, limusinas, SUVs… toda clase de vehículos son válidos para animar un poco la película. Pero en los filmes cuyos protagonistas son los coches, u ocupan el 90% de la cinta, los amantes de las ruedas disfrutarán de mala manera. Dedicaremos un pequeño espacio a los coches más importantes que han aparecido en películas. Y empezaremos por Aston Martin.
Los Aston Martin son famosos por su contínua aparición en las películas de James Bond. En la foto superior podemos ver el Aston Martin DB5, que Sean Connery condujo en la película Goldfinger, en el año 1964. La parrilla delantera, la salida de aire lateral, entre otros, son elementos que la marca inglesa plasma en cada modelo que saca, sin ser continuista.
Como curiosidad, más bien negativa, en 2003 se robó uno de los ejemplares que se usaron para la película, valorado en más de 2 millones de dólares.
Más adelante, James Bond tuvo en sus manos al Aston Martin Vanquish, concretamente en la película Muere otro día. El Vanquish de la película incluía notables extras, como el poder de hacerse invisible, cohetes en la parrilla frontal, metralletas en las tomas de aire del capó, y un largo etcétera.
Que yo recuerde, el Aston Martin Vanquish no salió como protagonista en ninguna otra película. Para adentrarnos en el mundo del motor inglés, vamos a recordar algunos datos del superdeportivo. El motor, un V12 de 6.0 litros, tiene una potencia de 457 CV, que hacen acelerar de 0 a 100 km/h al Vanquish en 4,7 segundos. Hace pocos meses Aston Martin sacó la Ultimate Edition del coupé, porque se iba a dejar de fabricar. En su lugar, la marca inglesa puso al Aston Martin DBS, cuya versión conceptual condujo también James Bond en su última película Casino Royale.
En el rodaje de la película Casino Royale se usaron 7 unidades del prototipo, que en este caso no iba muy preparado: sólo disponía de un sistema especial de navegación en su interior y una pistola y un desfibrilador en la guantera del copiloto. Lo peor es que en una escena se destrozaron un par de unidades. Una pena.
El Aston Martin DBS aparecía junto a una versión semi-concept del Ford Mondeo, que aunque se filtraron muchas fotos del rodaje, sólo apareció durante medio minuto. La versión definitiva del DBS, que para adquirirlo hay que esperar nada más y nada menos que 5 años, monta un motor 5.9 de 517 CV y 570 Nm de par motor. Todo esto hace acelerar al superdeportivo de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos.
Audi también tiene protagonismo en algunas películas (que no son de James Bond), pero eso os lo contaremos en la próxima entrega de Coches de película.
Via | CochesyMotores(C&P)