La cuarta entrega de “A todo gas” ya está en camino. La película está siendo rodada en Los Ángeles, y parece que traerá novedades fresquitas. El Nissan GT-R será uno de los protagonistas del largometraje, pero su conductor no será el famosísimo Vin Diesel, sino que lo sustituirá Paul Walker.
Viendo sólo una pequeña parte del GT-R, podremos ver una pegatina en la ventanilla trasera, lo que puede hacernos sospechar que, omitiendo las órdenes del manual del coche, éste estará muy modificado para la ocasión.
Esto es sólo uno de los problemas. Seguramente las modificaciones estarán por encima de lo que permite el fabricante, pero esto no es todo. En la tercera entrega de A todo Gas, se hace referencia a la limitación de la velocidad máxima en todos los coches a 180 km/h, en Japón. Aquí ya entra el problema del GPS tan quisquilloso del Nissan GT-R. Si se modifica para que se elimine la limitación electrónica de velocidad, o se pone un motor nuevo, se entra en conflicto con el hecho de la prohibición de “tuneo”. ¿Hará Nissan una versión especial para la película, que no tenga limitador y sea posible tunearlo?
Sea como sea, no hay forma de que se levanten las prohibiciones de beber en el coche, pararlo en una vía de tren y/o que se tenga que arrastrar el coche en punto muerto.
Via | Coches y Motores (C&P)
