El director televisivo Justin Chadwick dirige el guión de Peter Morgan(La reina y El último rey de Escocia basado en el libro de Philippa Gregory. A Chadwick se le une un tridente de excepción teniendo a Natalie Portman(León el profesional), Eric Bana(Munich,Troya) y Scarlett Johansson(Match Point) como principal reclamo para hacernos vivir el histórico amor de Enrique VIII(Bana) por Anna Bolena(Portman) que creo que es por todos de sobra conocido, aunque esta vez desde los ojos de su hermana María(Johansson).
En mi opinión la película parte de un concepto cinematográfico bastante erróneo, buscando la filigrana a nivel de plano en decremento de restarle valor visual el cual es uno de los aspectos que suele generar más expectativas en este genero donde el vestuario y la pomposidad en general hacen acto de presencia. El director ha decidido optar por una iluminación cruda y un enfoque en los planos muy subjetivo intentando en la medida de lo posible que sea el espectador el que recorra los lúgubres pasillos del castillo espiando las conversaciones, traiciones y demás complots tan típicos de una corte, en especial siendo la de los Tudor. El concepto en si no parece malo, pero realmente la rigurosidad(que en otro momento sería algo loable) llega a molestar, teniendo siempre una reja o una columna tapando la acción lo cual si bien es molesto en general, cuando llegamos a las escenas donde habría más detalle(las grandes fiestas, ceremonias o la llegada de la corte) se hace insoportable ya que le resta el detalle al que estamos acostumbrados en este genero. Detalle que transcribo sobretodo en forma de vestuario, que es, sin lugar a dudas, exquisito. La iluminación que ha sido alabada me parece fuera de lugar.
Hablando de la narrativa,la trama nos ofrece una historia de amor y bajas pasiones. Los personajes carecen de mucha fuerza llegando sus reacciones a rozar lo ilógico, en especial la actitud de María Bolena. Otro de los grandes fallos en la narrativa y quizás la que no permite a la película dejar ser algo más de lo que es, es la decisión de explicar una historia de amor sacrificando completamente el contexto histórico en el que se sucede(que es realmente importante) que pasa prácticamente a modo de secuencia rápida a lo largo de la película.
Las interpretaciones son sorprendentes, por lo flojo de Eric Bana haciendo un Enrique VIII realmente anodino, Scarlett Johansson parece más una espectadora que la protagonista de la película, Natalie Portman está claramente perdida llevando a la pérfida Anna Bolena a parecerse a Juana la loca(sobretodo en la recta final de la película). Si los nombres importantes del cartel nos sorprenden negativamente los secundarios nos sorprenden para bien, encontrando a una Christine Scott Thomas que intenta como puede justificar las interpretaciones de sus hijas(Johansson y Portman) y sobretodo a mi Catalina de Aragón(Ana Torren) que está fantástica, y creedme no es amor patrio pero cuando aparece sienta cátedra.
Pese a lo duro de la crítica y que la película que no estaba entre mis preferencias en el cartel(y continua sin estarlo), se deja ver. Sobretodo recomendado para disfrutar el vestuario y el descubrimiento (al menos por mi parte) de Ana Torren.