«Australia» nos sitúa en plena Segunda Guerra Mundial. Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman) es una rica inglesa que decide viajar a Australia en busca de su marido, el cual lleva un tiempo visitando un rancho y sin dar señales de vida. Allí conoce a Drover (Hugh Jackman), un duro vaquero poco querido por el resto de los habitantes del pueblo. Una vez en el rancho, Lady Ashley se verá obligada a hacerse cargo de él con la ayuda de Drover, lo cual hará que desarrollen una buena amistad y algo más.
Su director, pese a tener una corta filmografía, dispone de cierto prestigio gracias a su magnífico musical «Moulin Rouge». El resto de su filmografía me parece solamente correcta, destacando solamente por su forma de adornarlo todo y hacer que visualmente sus películas llamen bastante la atención.
Quizás ese sea uno de los mayores fallos de «Australia», Luhrmann ha decidido no prestarle tanta atención a los personajes como al aspecto visual.
Poco o nada tiene «Australia» de esas grandes y épicas historias de amor de las que Luhrmann intenta copiarse. Pese a contar con dos grandes rostros de Hollywood no consigue en ningún momento hacer que el espectador sienta algo por ellos y por su relación.
Muchos besos, muchas lágrimas, planos que intentan ser bonitos y al final no hay nada, solo ganas de que termine de una vez tras 2 o 3 falsos finales.
Ni los dos grandes actores que protagonizan la película consiguen salvarla. Hugh Jackman, actor que está subiendo a lo más alto gracias a trabajos con directores como Christopher Nolan o Woody Allen es aquí un simple florero con la única función de atraer al público femenino a los cines. No faltan en la película infinidad de escenas de Jackman sin camiseta, marcando culo, mojado y haciéndose el duro.
La carrera de Nicole Kidman, al contrario de la de Jackman, va cada vez más para abajo. Últimamente no tiene mucha suerte a la hora de elegir sus papeles. Se habla más de ella por sus operaciones y su vida personal que por sus trabajos.
Una lástima, porque demostró no ser mala actríz en trabajos como «Dogville» o «Moulin Rouge».
En «Australia» crea un personaje sin interés que no aporta gran cosa a la película y te deja bastante frío. La química con Jackman es prácticamente nula. Y es una lástima, podrían haber aprovechado la percha que tiene la actríz para, al menos, contentar a los hombres como hace el personaje de Jackman con las mujeres.
Es una pena que Baz Luhrmann no aprovechara todo el equipo, el dinero y a sus 2 estrellas para hacer una gran película. Lo tenía todo, un importante momento histórico, protagonistas guapos y famosos, un país con paisajes inceibles y un montón de dinero.
Todo esto solo le ha servido para aburrirnos durante casi 2 horas y 40 minutos. El comienzo te deja un poco frío, a media película parece que la cosa mejora, pero luego se hace muy larga y pierde el poco interés que había creado la parte central. Llega un momento en el que solo quieres que termine y, cuando lo hace, es de la peor manera que podría haber elegido Luhrmann de los 6 finales diferentes que escribió.
Quizás tuviera buenas intenciones, pero no son suficientes para una película tan grande y que creó tantas espectativas. Falta épica, falta química entre los personajes y falta una buena banda sonora.
La próxima película de Luhrmann no nos pillará por sorpresa, pues iremos con pies de plomo.