Kim Peek, el savant más conocido del mundo, murió el pasado sábado a los 58 años de un ataque al corazón en el hospital de Salt Lake City, en Utah. Nacido en 1951, Peek fue la persona que inspiró el personaje de Rain Man y sorprendió al mundo entero con sus asombrosas capacidades intelectuales, a pesar de su incapacidad para realizar las tareas más básicas.
Su caso llegó a interesar a los científicos de la NASA que escanearon su cerebro tratando de encontrar la clave que le permitía almacenar más de 9.000 libros en su memoria, aprender el contenido de una página en apenas diez segundos o conocer con exactitud los acontecimientos ocurridos en cualquier día del calendario.
Peek era capaz de leer hasta ocho libros al día y tenía la capacidad para leer simultáneamente una página con cada ojo. Sin embargo, el resto de sus facultades permanecían limitadas, hasta el punto de que no podía vestirse o peinarse sin ayuda de otra persona
En 1984 el guionista Barry Morrow le conoció en Texas y se inspiró en él para crear el personaje de la película Rain Man. El propio Dustin Hoffman se reunió con él antes de rodar la película y aconsejó a su padre que “no escondiera a su hijo”, según Time, “y lo mostrara al mundo”. El caso es que el éxito de la película aumentó la autoconfianza de Peek y le ayudó a mejorar su calidad de vida.
Sin embargo, la película sembró una confusión sobre su enfermedad, pues Peek no era autista. Un estudio de 2008 demostró que sufría el Síndrome FG, una rara enfermedad genética que causa anomalías físicas y retrasos del desarrollo.
Si queréis comprobar lo extraordinario que era, echad un vistazo al siguiente vídeo. Descansa en paz, Kim 🙁