MÓNICA G. PRIETO I Base Speicher (Tikrít)
Kathryn Bigelow rompió el techo de cristal de Hollywood a tiempo para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Pero las directoras, productoras y actrices de la meca del cine -capitanenadas por Jane Fonda- recalcaron ayer que su victoria en la gran noche de los Oscar no es más que el preámbulo y recordaron cómo la cuota de mujeres realizadoras sigue estancanda en el ridículo 7%.
«Espero ser tan sólo la primera entre muchas otras», recalcó la directora de En tierra hostil, después de arretabatarle el Oscar a la mejor película a su ex, James Cameron (6 a 3 en su marcador particular). Bigelow dejó su estampa estilizada y gris en los anales de la Academia como la primera mujer en conquistar el premio a la mejor dirección.
Barbra Streisand estuvo a punto de cantar Ha nacido una estrella, pero al final se limitó anunciar: «Pues bien, ha llegado el momento» … Tambaleándose y sin resuello, aferrándose a la estatuilla para no perder el equilibrio, Bigelow confirmó la vertiginosa sensación sobre el escenario: «No hay otra manera de describirlo; es el momento de mi vida».
En definitiva, un premio muy político, muy social y muy comentado. En el más amplio de los sentidos. Pero, no todo el mundo parece contento. El éxito de En tierra hostil suena a misterio entre la tropa estadounidense destacada en Camp Speicher, la enorme base norteamericana situada al oeste de Tikrit (Irak). «La película está bien porque es entretenida, pero no es demasiado creíble», asegura el sargento Aldo Grados, de 30 años. «Si pretendían llegar a un punto intermedio entre entretener al espectador y relatar la realidad que vivimos en Irak, no han hecho un gran trabajo», interviene el capitán Ibrahim Tantawi, mucho más crítico. «Ninguna unidad de elite se comporta así. Tengo varias escenas en mente que son imposibles: cuando el artificiero se quita todo el equipo de protección para desactivar el coche bomba, la escena de los francotiradores… No puedo contabilizar la cantidad de errores tácticos que se cometen en la película. Más que realista, termina siendo ridícula».
Es la opinión generalizada entre los militares consultados en la Base Speicher que han visto la película. Como suele ocurrir con cualquier gremio caracterizado en una película taquillera, los uniformados no se ven retratados en absoluto en En tierra hostil, como no ven retratada correctamente su misión en lrak. «Ni siquiera refleja bien la situación en Bagdad en el año en el que supuestamente transcurre. No se han molestado en seguir la evolución de la guerra de Irak, prosigue el capitán.
Las críticas, sin emabargo, no afectaron (o simplemente no llegaron) a la reina de la noche. Mejor, la reina del mundo mundial. A sus 58 años, Katryn Bigelow quiso dedicar su premio a «todos los hombres y mujeres en el ejército que arriesgan su vida día a día … para que vuelvan sanos y salvos a casa».
«Siempre me he considerado una cineasta sin más, y espero que llegue el momento en que la diferencia de género no cuente», dijo luego entre bastidores, flanqueada por su guionista talismán Mark Boal. «Me siento muy agradecida si esto sirve de inspiración para los jóvenes, intrépidos y tenaces cineastas, hombres y mujeres, para que sientan que lo imposible es posible, y que nunca deben renunciar a sus sueños».
Ante el cerrojazo de los grandes productores, Bigelow tuvo que ganarse la vida buscando financiación extranjera para su cinta con la ayuda del productor Nicolas Chartier (el mismo que escribió a los académicos que no votaran «por la película de los 500 millones» y que fue vetado en la noche de los Osear). En tierra hostil fue rodada en Jordania, con un presupuesto exiguo para una película de guerra (11 millones de dólares) y con la ayuda de un puñado de actores de primera -Jeremy Renner, Ralph Fiennes, Guy Pierce que cobraron lo mínimo por la propia supervivencia del filme.
Tanto heroísmo made in Hollywod afecta poco a los militares. «Hollywood ha hecho miles de millones [de dólares] explotando a los veteranos», denuncia el sargento Jeffrey Sarver, de 38 años. «Siempre ocurre en todas las películas de militares. Lo peor, a mi juicio, es la mala imagen que se da del cuerpo: bebedores, gente problemática, irrespetuosa, con conflictos familiares, que maltrata a los civiles … Hay casos de esos en cualquier ejército del mundo, pero no retrata al ejército de Estados Unidos», alega el sargento primero Charles Headen, de 35 años, que ha visto la película en su segunda misión en lrak.
Sea como sea, queda lo que queda: la primera mujer directora con Oscar, guste o no a los militares, es Bigelow. Y ayer, ella reinó entre Sandra Bullock (mejor actriz por The blind side), JeffBridges (mejor actor por Corazón rebelde), Mo’Nique (que le arrebató el premio a Penélope por su papel enPrecious), Chrístoph Waltz (genial en Malditos bastardos) y, ya puestos, Javier Recio, que no ganó por su corto de animación La dama y la muerte, pero se quedó cerca. Y ella, Bigelow, al frente de un movimiento que empieza.
Aunque la experta Martha Lauzen, autora de El techo de cristal de Hollywood, se ha apresurado a dejar las cosas claras: «No ha habido ningún progreso desde 1987. La cuota de directoras entre las 250 películas más taquilleras del 2009 es un 2% inferior a la del 2008. Nos queda mucho camino». y acaba de empezar.
Un premio con custodia compartida
James Cameron -acompañado por su quinta esposa, Suzy Amis- se levantó jubilosamente del asiento cuando su ex se adjudicó el Oscar a la mejor dirección. El realizador de ‘Avatar’ volvió a levantarse precipitadamente, movido sin duda por la tensión y la confusión, cuando Tom Hanks leyó secamente el veredicto final: «La vencedora es … ‘En tierra hostil’». Kathryn Bigelow le correspondió con unas palabras muy sentidas. Siempre se han llevado estupedamente. «Jim es un inspiración para todos los cineastas del mundo. Creo que puedo hablar por todos ellos: les estamos muy agradecidos», concluyó la ganadora.
Os dejo los pdf’s de Orbyt: WEB09MZ – Madrid – pag 48 y WEB09MZ – Madrid – pag 49