Casi 30 años después del rodaje en 1981, Blade Runner es un film que ha resistido el paso de tres décadas “sin despeinarse” y ha sido considerado por lo más granado de la crítica del género de la ciencia ficción una obra maestra en toda la extensión del término, por mucho que la Academia de Hollywood no pensara lo mismo al no concederle ningún galardón en los Óscar en 1982 (sólo mereció dos nominaciones el año de su estreno).
Indudablemente, para la inmensa mayoría de los cinéfilos y buenos aficionados al género, muchos de los cuales seguramente deben haber perdido la cuenta de las veces que la han visto, Blade Runner no es una película más de ciencia ficción e incluso sobrepasa la tópica definición de “film de culto”: es “La película”. Sin olvidar —claro está— a 2001, la obra maestra de Kubrik estrenada en 1968 y verdadero punto de inflexión de una nueva época para el séptimo arte.
El guión de Blade Runner es un trabajo colectivo que está inspirado —aunque no basado sensu stricto— en la novela editada en 1968 (el mismo año en que se estrenó 2001) ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (“Do androids dream of electric sheep?” en su título original) de Philip Dick, escritor estadounidense que lamentablemente no pudo llegar a ver la película terminada; falleció apenas tres meses antes de junio de 1982, fecha del estreno de Blade Runner en las pantallas de EEUU.
La banda sonora es de Vangelis, el conocido y magistral compositor griego de música electrónica. Los escenarios y la ambientación están basados en los trabajos de la excelente generación de autores de cómic de los años 70 y 80, entre los que destaca Jean Giraud, dibujante francés reconocido internacionalmente por su sobrenombre ‘Moebius’ y uno de los principales autores de la revista gala de culto Métal hurtlant (Heavy Metal en su versión en otros países como España, Alemania, Gran Bretaña o EEUU).
Podeis leer más en el artículo de Ciudad Futura.