«Porque hay cosas que nunca se olvidan», de Lucas Figueroa, ha recibido casi 300 premios en distintos festivales.
El cortometraje «Porque hay cosas que nunca se olvidan», del director español nacido en Buenos Aires Lucas Figueroa, ha entrado en el Libro Guinness de los récords como el más premiado de la historia, al recibir casi 300 premios en distintos festivales.
Trece minutos han bastado a Figueroa, de padre de Vigo y madre de Almería pero con acento argentino, para desarrollar una historia de terror y humor de producción cien por cien española que recibirá este reconocimiento el próximo 21 de enero en la sede de la Academia de Cine española, en Madrid.
Ha necesitado más de dos años de recorrido festivalero para acumular tantos premios. «Casi 300, como la película parodia», bromea el también director de «Boletos por favor» y «Con que 24». Su apuesta: «El humor negro, es lo más universal que hay. Por eso yo creo que el gancho ha sido mayor en todo el mundo», asegura Figueroa, nacido en 1978 y que ha producido este título con LMF Films.
Pero él mismo comprende que nadie le conozca todavía. «Lo raro sería que la gente me conociera», porque hasta ahora no había llamado la atención con su trabajo. En «Porque hay cosas que nunca se olvidan» se ha complicado la vida: hay «niños y animales», se rodó en Segovia pero está ambientada en el Nápoles de 1950 y está hablada en italiano. Además, él mismo se encarga del montaje, la producción, la dirección artística y la banda sonora. «Un caos total», reconoce el director, que empezó su trayectoria audiovisual en la publicidad.
Su historia para este hiperpremiado corto es la de cuatro niños que «juegan al fútbol y el balón se cae en la casa de la vieja mala», explica, que les retiene el balón para que no jueguen más. «La venganza será terrible», promete Figueroa.
El Festival de Cine de Terror de San Sebastián, el de Roma y certámenes de Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Polonia o Ucrania han colaborado en este récord y Figueroa espera que sea el camino para llegar al largometraje. «Creo que el corto es un formato en sí mismo, pero en mi caso ha sido el camino para poder llegar a hacer un largo», concluye Figueroa.
Via | ABC