Pocas series han mostrado a lo largo de la historia de la televisión una longevidad como Star Trek. A lo largo y ancho de cientos de episodios, los productores y guionistas nos han mostrado toda clase de maravillas y fenómenos increíbles, plenos de emoción, aventura, diversión y entretenimiento. Pero también, desafortunadamente, un sinfín de barbaridades y errores científicos, unas veces disculpables y otras, no tanto.
En el último capítulo el libro de Lawrence Krauss “The Physics of Star Trek” hay una joya: 10 errores de bulto recopilados por el autor a través de encuestas con fans de la serie. Aquí van:
1.- En un episodio de la serie se hace uso de armas acústicas contra una nave en órbita. Dichos sonidos, se afirma, alcanzan los 1812 decibelios (abreviado, dB).
La escala basada en el decibelio para determinar la intensidad de un sonido es relativa y, además, logarítmica. Esto significa que un sonido de 10 dB resulta ser diez veces menos intenso que otro de 20 dB; éste, a su vez, es diez veces menos intenso que otro de 30 dB y así, sucesivamente. En consecuencia, una onda acústica “asesina” de 1812 dB resultaría ser más de 6 billones de veces más intenso que el mayor sonido jamás registrado (la explosión del volcán Krakatoa).
2.- En el episodio “Wink of an Eye», el capitán Kirk es engañado para que ingiera una pócima que acelera sus acciones hasta el nivel de las de los escalosianos, una raza alienígena que vive una existencia hiperacelerada que la hace imperceptible por los humanos. El propósito es que Kirk se convierta en el consorte de la reina escalosiana, Deela.
En un intento por escapar desesperadamente de una eyaculación «hiperprecoz», el capitán dispara su arma fáser contra la malvada reina. Increíblemente, ésta consigue esquivar el rayo, haciendo uso de su velocidad de reacción. ¿Cómo es posible? Por muy aceleradas que se encuentren sus reacciones, jamás podrá responder a una velocidad superior a la de la luz y eso es lo que debería hacer si pretende evitar el impacto de un haz que se mueve hacia ella justo a esa velocidad, pues en el mismo instante en que viese el rayo, también sería alcanzada por él.
3.- En el episodio titulado «Phage» correspondiente a Star Trek: Voyager se produce la caída de una nave en el interior de un agujero negro. Para lograr escapar, atraviesa nada menos que una grieta en el horizonte de sucesos.
El horizonte de sucesos de un agujero negro es una región del espacio que rodea completamente al agujero y en cuyo interior la velocidad de escape es superior a la de la luz en el vacío. Por lo tanto, nada, ni tan siquiera la luz, puede escapar. Obviamente, al ser una región del espacio, no está formada por materia ni nada parecido; simplemente, es un concepto matemático, no físico. No puede presentar grietas ni nada que se le parezca, al igual que una circunferencia con grietas deja de ser una circunferencia.
4.- En la misma serie anterior, aparece un personaje conocido como el «doctor holográfico», una especie de médico virtual. En una escena, uno de sus pacientes le pregunta cómo es posible que sea sólido tratándose de un holograma. La respuesta del doctor es tan contundente como errónea. Le pide a su paciente que desconecte el «haz de confinamiento magnético» y que sin él, es tan incorpóreo como un espejismo.
Los campos magnéticos, efectivamente, se usan en el confinamiento de antimateria, por ejemplo, con el fin de evitar que entre en contacto con la materia ordinaria y se produzca una aniquilación de ambas en un poderoso haz de rayos gamma. Tan sólo las partículas dotadas de carga eléctrica se ven afectadas por los campos magnéticos y pueden ver así alteradas sus trayectorias (en los grandes aceleradores de partículas también se hace uso de esta propiedad con el objetivo de dirigir los haces hacia el punto de colisión). Obviamente, un holograma está hecho a base de luz, es decir, de fotones. Y los fotones son partículas que no tienen carga eléctrica, con lo cual jamás se les podrá confinar con ayuda de un campo magnético, por muy «atractivo» y seductor que resulte.
5.- En otro episodio Geordi LaForge y Ro Laren resultan «desfasados» (?!) por un «generador de interfase» (¿¡?!) romulano. Esto les hace invisibles y capaces de atravesar tanto paredes como personas. Aun así, pueden caminar de pie sobre el suelo e incluso asentar sus posaderas sobre superficies sólidas dispuestas a tal efecto para el resto de los seres «no desfasados». ¿Recordáis cuando traté este tema aquí? ¡¡Vaya desfase!!
6.- En el episodio de Star Trek: The Next Generation titulado «Starship Mine», la nave Enterprise atraca en el muelle espacial para someterse a un «barrido de bariones». Al parecer, estas partículas se acumulan en el fuselaje de la nave como consecuencia de los viajes prolongados a velocidad warp.
En el universo conocido, las únicas partículas estables que son bariones son el protón y el neutrón, los constituyentes del átomo. Si eliminamos los bariones de un objeto físico, el objeto físico dejará de existir como tal. ¡¡Adiós, Enterprise!!
7.- En Star Trek también se ha logrado lo que ningún laboratorio de la Tierra ni cualquier otro en el universo ha conseguido ni conseguirá jamás: enfriar un objeto hasta los -295 ºC, esto es, 22 grados centígrados por debajo del cero absoluto de temperatura, un límite físico universal. ¡¡Para quedarse helados!!
8.- Éste es un clásico y no patrimonio exclusivo de Star Trek: los haces láser y fáser dejan trazos visibles en el aire y, peor aún, en el espacio vacío. Creo que ya he discutido esto en innumerables ocasiones, así que no me extenderé más.
9.- En el episodio «Galaxy’s Child» de Star Trek: The Next Generation, una forma de vida alienígena en forma de niño se alimenta de energía. Tras confundir a la nave Enterprise con su madre, comienza a «drenar» y absorber su energía. Justo en el límite, cuando todos están a punto de morir, LaForge tiene una idea: atraer al niño hacia la radiación que emite la nave, en una longitud de onda de 21 centímetros. Procediendo a modificar la frecuencia de la emisión, la tripulación consigue «agriar la leche» y el bebé les deja finalmente irse.
La radiación en la longitud de onda de 21 centímetros es característica de los átomos de hidrógeno que constituyen el gas interestelar, no de toda la materia como nos parecen querer hacer creer los guionistas de Star Trek. Más aún, la transición atómica responsable de la emisión es extremadamente rara. Un átomo de hidrógeno en el espacio, el elemento más abundante del universo, tiende, en promedio, a sufrir esta transición una vez cada 400 años, aproximadamente.
10.- En otro episodio, esta vez de Star Trek: Deep Space Nine, Quark, un ferengi, dispone de una máquina capaz de alterar las leyes de la probabilidad de los sucesos que acontecen en sus proximidades, con la que pretende (qué otra cosa podía hacer) enriquecerse. El truco es descubierto por Dax, a quien se le ocurre analizar el flujo de neutrinos que atraviesa la nave espacial. Para su sorpresa, encuentra que todos ellos poseen el mismo estado de espín, estando ausentes todos los demás, los que presentan el estado opuesto.
¡¡Craso error!! El neutrino es la única partícula conocida que, aparentemente, puede existir en un solo estado de espín.
Esto es otro magnífico post de Sergio L. Palacios para Física en la Ciencia Ficción.