El libro The Wizard of Oz (El mago de Oz) fue liberado como dominio público en 1899. Esto no ha evitado que el sinsentido del copyright se “instalara” en la obra. Cuando en 1939 Warner estrenó la famosa película con Judy Garland, se hizo con el “imperio” de la obra original. ¿Cómo? El año pasado y gracias a un juez, se le dio a la compañía los derechos de autor, los cuales le dan autoridad sobre las “adiciones” creativas de la película (aquellas partes que no salen en el libro). Ahora Disney quiere estrenar Oz, the Great and Powerful… y así comienza una de las luchas más absurdas entre dos de los principales promotores del copyright en la historia de la humanidad.
Para ser sincero, el caso en torno a los derechos de autor que hoy nos ocupa resulta gratificante de ver desde la barrera. Se trata de la lucha encarnizada a la que se enfrentan Disney y Warner por obtener ciertos derechos de autor de una obra original que no les pertenece.
La historia es la siguiente. Aunque el libro es de dominio público, el filme de Warner no, o al menos aquellas partes de la película originales de la productora (ejemplo: los zapatos de rubí de color rojo) y separadas de los escritos. Es decir, todo aquello mostrado en el filme que directamente estuviera en el libro, es de dominio público. El resto le pertenecería a Warner. Así lo dictaminó un juicio el año pasado.
Y aquí aparece Disney, quienes ahora han decidió lanzar la película Oz, the Great and Powerful con Sam Raimi como director y James Franco entre los actores. Proposición que Warner no está dispuesta a aceptar.
Disney registró el nombre de la película en octubre del año pasado. Una semana después y tras enterarse, Warner acudió a los registros para obtener The Great and Powerful Oz como dominio. La única diferencia entre ambos títulos reside en la palabra “Oz” (una al comienzo y otra al final). Warner intentó con este movimiento frenar la posibilidad de la película y esta semana el juez le ha dado la razón ha Disney explicando que había llegado una semana antes.
Como vemos, el absurdo llega a estos niveles, una pelea por obtener los derechos (y el dinero) que genera una obra que en esencia, no debería ser de ninguna de estas productoras. ¿Y qué va hacer Warner? Según cuentan desde Hollywood Reporter, podemos esperar cualquier cosa a tenor de las agresivas demandas de Warner contra cualquiera que intentara sacar dinero del mundo de Oz.
Warner tiene pensado sacar a finales de este año una película de animación sobre Dorothy, la protagonista de Oz. Para ello tiene pensado promocionar el filme desde el verano con todo tipo de merchandising.
Si pensamos que sólo durante el 2011 Warner ha sido capaz de demandar a una serie de libros de neurociencia por titularlos “Si sólo tuviera un cerebro” (evocando al hombre de hojalata), o a un restaurante por llamarse Wicked o incluso a una marca de ropa llamada Wizard of Azz… podemos esperar una encarnizada lucha entre estos dos grandes defensores del absurdo del copyright.
El colmo llegaría este año, momento en el que demandaron a una empresa de vinos en Kansas por su relación con la historia. Evidentemente la compañía reclamó de forma correcta que el libro es de dominio público. Un dato que parece no tener la más mínima relevancia ni para Disney ni, sobre todo, para Warner.