El canal Syfy quiere recuperar su audiencia. Tras haber sacado un comunicado oficial de que se han desviado de su camino inicial, el canal de ciencia ficción ha ordenado una miniserie adaptada de la última novela de la saga que escribió Arthur C. Clarke titulada 3001: Odisea Final. Dicha secuela será adaptada por el guionista Stuart Beattie de Piratas del Caribe y Collateral. Beattie también ejercerá de productor ejecutivo junto a Ridley Scott y David W. Zucker (Numbers, The Good Wife).
La novela de Arthur C. Clarke 3001: Odisea Final fue publicada en 1997 (aquí en España es complicado de encontrar la novela, se puede comprar en Amazon de segunda mano por unos 5 euros, hay ediciones más caras), y fue la cuarta y última entrega de la saga de Clarke sobre la Odisea Espacial. La peli 2010: Odisea Dos fue la secuela convertida a peli en 1984, y Tom Hanks expresó el interés de producir la adaptación a la gran pantalla para MGM del libro publicado en 1987 ‘2061: Odyssey Three’, pero nunca sucedió. 3001 se centra en Frank Poole, el astronauta asesinado por HAL-9000 en 2001: Una Odisea Espacial. La novela 3001 explica así su sipnosis:
Mil años después de que la misión de Júpiter para investigar el misterioso Monolito fuera destruida, tras la transformación de Dave Bowman en Star Child, Frank Poole fue expulsado al espacio, congelado y olvidado tras dejar la computadora HAL inoperable. Pero ahora Poole ha vuelto a la vida, despertándose en un mundo muy diferente del que dejó atrás, y parece que el Monolito ha vuelto a hacer de las suyas.
Argumento extraído de Wikipedia:
3001 cuenta las aventuras de Frank Poole, el astronauta que fue asesinado por HAL 9000 en 2001: A Space Odyssey. Su cuerpo es descubierto en el Cinturón de Kuiper después de flotar en el espacio durante un milenio. En un golpe de extraordinaria buena suerte, el vacío y la extremadamente baja temperatura del espacio han conservado su cuerpo, y la tecnología médica del futuro puede revivirlo. Es trasladado cerca de la Tierra del año 3001 para su recuperación física y mental. El autor hace entonces un ejercicio de imaginación, describiendo algunos de los fantásticos adelantos tecnológicos, políticos y sociales que la humanidad ha conquistado a lo largo del milenio transcurrido desde el accidente de Poole.
Algunos hallazgos notables son: los «cascos cerebrales», una tecnología que permite conectar los computadores directamente con el cerebro humano; los dinosaurios robóticos; el control mental de los inadaptados sociales para su posterior reinserción social (que ha hecho desaparecer las guerras y ha reducido casi totalmente la delincuencia común); la terraformación de mundos como Venus o Ganímedes; y la existencia de 4 torres enormes, de 36.000 kilómetros de altura, colocadas alrededor del ecuador terrestre y conectadas entre sí mediante un anillo hueco de puertos espaciales en órbita geoestacionaria, llamado Astropolis o Star City (dependiendo de la traducción). Se da la circunstancia de que el único material capaz de soportar las fabulosas tensiones necesarias para construir unas torres de esas características es el carbono cristalizado (o diamante), de cuya abundancia en la órbita de Júpiter se nos daba cuenta en la novela anterior de la serie, 2061: Odisea tres.
La historia se expande a lo largo de 30 años, así que una miniserie será perfecta para ello por el tiempo, tanto de rodaje, como para lo que se quiera mostrar. Por su lado, tanto Stanley Kubrick como Clarke se han dispuesto a dar su mayor aporo al proyecto. Se supone que se estrenará esta miniserie para el 2015.