¿Debe pagar impuestos un caballero Jedi? El gobierno de Nueva Zelanda lo tiene muy claro, y ha negado a la asociación jedi del país la posibilidad de disfrutar de un régimen especial de impuestos. ¿Cómo? ¿Que no sabes que en Nueva Zelanda hay Jedi? Todo empezó en 2001.
En 2001, la administración del Reino Unido se dispuso a realizar un censo de población. Diversos colectivos de entusiastas de Star Wars aprovecharon el recuento para una peculiar campaña en la que pedían rellenar la casilla correspondiente a religión con “Jedi”.
La idea era que, si lograban que un número elevado de personas se declarara Jedi, conseguirían que el gobierno convirtiera la devoción por la Fuerza en una religión oficial. El plan era bueno, pero ninguna legislación contempla el censo estadístico como un supuesto vinculante en ese caso. Las autoridades hasta alentaron la broma porque sirvió para crear notoriedad del censo entre los más jóvenes, un colectivo que raramente se molestaba en rellenar los papeles de la encuesta de población.
Sea como sea, la idea de promover una “religión Jedi” se extendió como la pólvora en muchos países, entre ellos Nueva Zelanda. El censo de 2001 de ese país reconoce la existencia de 53.175 jedi (el 1,3% de la población).
La cosa no pasó de la mera anécdota hasta que Anthony Bremner, presidente de la Asociación de Caballeros Jedi de Nueva Zelanda, solicitó formalmente para su sociedad la misma exención de impuestos de la que disfrutan las organizaciones religiosas en el país.
La respuesta de la administración neozelandesa no se ha hecho esperar. El departamento encargado de gestión de organismos dedicados a la caridad ha explicado que la Sociedad Jedi no promueve la mejora moral o espiritual, ni tiene la suficiente coherencia o estructura como para ser considerada una religión. En otras palabras, que los jedi tendrán que rascarse el bolsillo como todo hijo de vecino. Bremner aún no se ha pronunciado al respecto, pero alguien debería investigar la presencia de lores Sith en el gobierno neozelandés.
Al fin y al cabo, estos no son… los impuestos que buscáis. He sentido un estremecimiento en el fisco.