Llamar la atención de los consumidores en la selva de comercios a pie de calle no es tarea fácil y el branding que se estila en estos quehaceres de la empresa familiar suele tener un tufillo simplón y de andar por casa. Pero he aquí que a veces que el consejo del cuñado o la ocurrencia ingeniosa de la abuela aciertan con la tecla justa, con el nombre definitivo. Entonces, el ingenio del mercader obtiene su momento de gloria, la sonrisa cómplice del viandante y puede que este se decida a comprar una barra en Jurassic Pan o se haga las mechas en Facelook. Lo que queda patente es que los headhunters publicitarios tienen aquí un nicho donde rebuscar creativos de corte popular, es decir, ni gafapasta ni barba de leñador.
Y sin más dilación, disfruta de esta jugosa selección de negocios que están rompiendo la pana, al menos en su barrio.