Con Deadpool repartiendo estopa de la buena en los cines españoles, hay una cosa que hace que el insolente y violento mercenario del traje rojo robe nuestro corazón como ningún superhéroe lo ha hecho antes: su capacidad para romper la cuarta pared.
En la cinta dirigida por Tim Miller, el personaje encarnado por Ryan Reynolds saca el máximo partido a ese artificio estilístico que implica una presunta interactividad con el público para hacerle cómplice de la narración e incrementar la empatía -o rechazo- hacia el protagonista.
Un poder del que Deadpool siempre ha estado dotado en los cómics y que supuso un elmento diferencial respecto a otros superhéroes. Deadpool sabe que el público (ya sean lectores o espectadores) está ahí y no duda en dirigirse a él y compartir sus disparatados chascarrillos y psicóticas ocurriencias. (Incluso lo hace doblemente: romper la cuarta pared dentro de otra cuarta pared)
Pero la capacidad de traspasar esa Cuarta Pared no es un «poder» exclusivo del bocazas del mono rojo. Muchos son los personajes que, al igual que Deadpool, han derribado -con mejor o peor suerte- ese muro imaginario que separa sus aventuras del espectador. Nos quedamos con cinco de ellos.
FRANK UNDERWOOD
Sin duda alguna las miradas que Kevin Spacey dedica a cámara en algunos de los momentos cumbre de la apasionante House of Cards valen más que mil palabras. Aún así, Frank también se toma su tiempo para dirigirse al espectador y hacerle partícipe de sus maquiavélicos planes.
BUGS BUNNY
Su «Eso es todo amigos» es la despedida que ha acompañado a generaciones y generaciones que han disfrutado de los geniales dibujos animados de Looney Tunes.
JORDAN BELFORT
El Lobo de Wall Street al que dio vida Leonardo DiCaprio era, hasta la irrupción de Deadpool, el último gran ejemplo de un personaje que rompe la cuarta pared en el cine. En mitad de sus orgías de drogas, sexo, alcohol y billetes, Jordan tenía la amabilidad de explicar quién es quién en esa jungla de Wall Street de la que fue, por un tiempo, el rey de la manada.
MALCOLM
«Mi nombre es Malcolm. ¿Quieres saber lo mejor sobre mi infancia?». Con esta frase del joven Frankie Muniz arrancaba el primer capítulo de Malcolm in the middle, una ficción que sin duda alguna ha sido una de las sitcoms familiares más rompedoras y geniales de las últimas décadas.
ZACK MORRIS
Cerramos la lista con otra serie juvenil que contaba con mucha menos mala baba que Malcom pero que marcó a varias generaciones. Hablamos de Salvados por la campana, la sitcom ambientada en el instituto Bayside en la que su protagonista, el rubicundo Zack Morris (Mark-Paul Gosselaar) era capaz de congelar la acción con su «tiempo muerto» para dirgirse libremente al respetable y revelar cómo iba a reconquistar el amor de Kelly Kapowski, la jugarreta que le tenía preparada a Slater o lo mentecato pero leal que era el ahora delincuente Screech.
